El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Guía de lavabos públicos en Barcelona (III)

Carlo Padial Radio de calado— 24-12-2010

En ninguna otra parte como en el centro de la ciudad necesita uno saber dónde se encuentran los mejores lavabos públicos. Escoger un buen lavabo público es todo un arte. La gente se mete en el primer sitio que encuentra, pero eso no puede ser. Solo la gente que debe verdad aprecia y conoce su ciudad entiende la sabiduría escondida en ciertos rincones. Tras dedicar muchos años a indagar por los diferentes comercios, bares, museos y edificios de libre acceso, he llegado a la conclusión de que en el centro de Barcelona no hay demasiados lavabos públicos de primer nivel a tu alcance. He estado tan convencido de ello, que llegué a alquilar una oficina compartida en pleno centro de la ciudad únicamente para disponer de mi propio baño en la zona. Se trata de una experiencia única, sublime. Tener la llave de tu propio baño en el centro de la ciudad. Si fuera millonario, tendría un lavabo a mi alcance en las principales capitales del mundo, siempre listo para ser utilizado. Eso, y miles de pantalones azules. Todos para mí. ¿Por qué no?

De todos modos, volviendo a la realidad, a pie de calle existen en el centro de Barcelona dos o tres opciones nada desdeñables, dignas de mención. La primera, los lavabos de la Llibrería Catalonia. Abierta desde hace años, fue reformada hace relativamente poco, y si bien es verdad que como librería no vale un pimiento, lo cierto es que se dejaron el dinero y la creatividad en construir unos servicios de primer nivel, muy por encima de su categoría como librería, inmaculados y con toallas. Además, casi nadie sabe que la librería dispone de cuarto de baño, con lo que siempre suele estar perfectamente limpio, blanco y pulido, lo que la convierte en una opción prácticamente inmejorable en la zona. Muy recomendable. El único punto negro entre tanta claridad estaría en el hecho de que, como allí, en la Catalonia, es casi imposible encontrar libros interesantes, siempre te vas de vacío, sin comprar nada, y corres el riesgo de que te calen si vas demasiado a menudo a hacer tus cosas. El truco está en no pasar demasiado tiempo allí, y poner cara de lector de best-seller en catalán, si es que eso es posible, si es que existe una cara prefijada que se pueda utilizar de modelo. Aparte de este auténtico oasis, son dignos de mención los lavabos de la Fnac Triangle. Pese a estar siempre sucios, y muy vigilados, son un lugar recurrente, con un gran trafico de público, y además a diferencia de lo que sucede en la librería Catalonia, en la Fnac no sólo nadie espera que compres nada, sino que además a los empleados parece molestarles la idea de que quieras hacerlo, con lo que te ven con buenos ojos cuando entras y sales continuamente de los lavabos sin llevar nada en las manos. Hay que decir que de camino a los lavabos debes pasar por un par de lugares curiosos e inquietantes. El primero es la sección de literatura extranjera, que siempre está llena de gente extraña, que parece desorientada. Y el segundo, ubicado tras la puerta que lleva de camino a los lavabos, es una especie de trinchera, en la que monta guardia el vigilante maestro de la Fnac, el master-watcher, un voyeur con multitud de cámaras  a su disposición que parece haber enloquecido a fuerza de ver a miles de personas comprando cosas absurdas, basura a raudales. En todo caso, los lavabos son correctos, y utilizan de espejo una cristalera que ofrece unas vistas sensacionales del centro de Barcelona, lo que tiene su gracia. Por último, recomendar los lavabos del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, que siempre están tan vacíos y tristes como el propio CCCB, y los lavabos de la Escola Massana, en pleno Raval, un lugar único y de libre acceso, con una gran oferta de servicios en cada una de sus especialidades artísticas. Hay lavabos en ilustración, en pintura, escultura, etc. Si nada de todo esto os sirve, siempre podéis preguntar a los verdaderos expertos de la zona, los homeless del centro de la ciudad, los auténticos maestros en lavabos públicos de la ciudad. Ellos os guiarán mejor que nadie por los diferentes rincones subterráneos y os descubrirán lo que andáis buscando, no sólo lavabos. También os conseguirán comida, alojamiento y, si me apuras, hasta sexo y diablos. Ellos saben de estas cosas. Ellos LO saben.

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