El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

El rapsoda de la vida

Miguel Noguera Cortado gigante— 26-06-2013

Hola, lectores de El Butano Popular. Hace semanas que me propuse escribir sobre fantasmas. Quise juntar los cuatro pensamientos ruinosos que tengo sobre el asunto y componer un texto. Finalmente he desistido… No me interesa ni a mí, que soy el que escribo 1. En vez de eso he decidido hablaros de unos robots movidos por orugas que son curiosos y que… No, no, disculpad, lo mejor será que hablemos de lo que pasó el otro día en el programa de radio de Iker Jiménez; un divertido contrasentido cuando, tras mencionarse el accidente de avión en que murió Ritchie Valens, el de La Bamba, alguien que quería cambiar de tema soltó: “Todo eso es muy divertido —refiriéndose al accidente—, pero abordemos una cuestión más seria…”. Claramente no había estado atento. ¿Qué más puedo contaros? Dos tipos que disponían de una horita libre antes de coger el tren encargaron unas putas que resultaron ser enormes —más de dos metros, más de cien quilos—, de gran fuerza vital y carácter, que coparon tiempo y espacio con su presencia, reventaron la hora aun respetando su duración y devastaron la psique de aquellos dos desgraciados, que perdieron el tren no por llegar tarde sino por blackout vivencial (quedaron sentados mirando sus billetes en silencio)… Ey, virguería del engaño: Michael Jackson consigue fingir su muerte de nuevo ante aquellos que lo descubren: “¡Os juro que estaba vivo hace un momento!”… No sé qué más contaros, casi he cumplido la extensión que me he propuesto, por favor, ¿pistolas con cable? ¿Thriller con un radio de dos metros desde el enchufe? ¿O te presentan a un señor que te parece lúcido y sensato y justo tras despedirse se aleja gritando “¡el monstruo del lago Ness ha tenido un hijo!” y notas que lleva años pregonando esa mierda? ¿Sí o no? O el coro infantil de la casa Brummel… ¿A qué huelen esos niños? Siento el desvarío, pero os propongo un fragmento de diálogo de Callejeros viajeros (especial boda balinesa), escuchad, por favor:

—Señor Mochi, ¿cuánto tardaría en arder su pelo?

—Una semana

—¿Y cuánto costaría quemarlo?

—Mil euros (lentísimo y muy caro).

Y para ir concluyendo, necesito hablaros de una cala nudista muy codiciada en la que aparte de personas desnudas encontramos pequeños objetos de consumo, sobre todo complementos (gafas de sol Aviator, pañuelos de seda y pitilleras de plata), sin dueño y expuestos con delicadeza sobre pequeños montículos de mierda —no más de quince centímetros por peana— distribuidos por doquier en la arena fina (los truños también colocados con gracia). La peana de mierda: ¿Crítica u homenaje a estos objetos? No lo sé, pero ya va siendo hora de terminar con este guirlache. Cierro con “por favor, asegúrate de que este bollo entre en la boca de tu padre” (un conocido empresario). Dentro del bollo, mi currículum vitae. “Por dios, insístele con el bollo al bueno de tu padre…” (creatividad en la búsqueda de empleo). El hombre pone cara rara (como el nieto en el anuncio de Werther’s Original), escupe un papelito rebozado de migas y baba, lo extiende, lee, ríe y llama al teléfono indicado para ofrecer un puesto elevado. Adiós.

1 Pero sí me interesa mucho vuestro testimonio al respecto (si esto fuera Forocoches no me interesaría demasiado, pero estamos es un sitio refinado; como comprenderéis, más que el fantasma, importa quién lo ve). Si alguien ha visto fantasmas o sus efectos, por favor (no quiero bromas, solo testimonios reales): [email protected] (está loco). Gracias.

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