El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Queridas princesas Disney

Ainhoa Rebolledo Una para las dos— 20-06-2013

El código civil Disney establece que todas las mujeres tenéis derecho a un desajuste emocional y transitorio que compense un excesivo afecto por cordura: cuando se pierden cinco euros o el autobús, cuando se quema la comida, cuando se compra sal en vez de cocaína, cuando os creéis Napoleón en minifalda, cuando sufrís ataques inventados, cuando os da la gana, cuando surgen este tipo de situaciones catastróficas —asociaciones delirantes, tan comunes del día a día— que tantos gritos incómodos provocan desviándoos del papel pautado de la sensatez y del derecho a la vida.

El derecho a ofuscarse gravemente realizando una representación oral (un tanto teatrera) de una sensación mental de apocalipsis os concede, según el código civil Disney, protección legal a la hora de soltar un berrinche infantil, al arrancarse por bulerías de forma dramática o gritar una vulgar combinación de palabras que incluyen los términos “puta” y “mierda” de forma repetitiva e inconexa provocando un efecto sorpresa —un qué–cojones–pasa— en la persona emocionalmente estable (siempre, de forma transitoria) que esté al lado probablemente tomando un café y / o leyendo el periódico. En ese momento, la tranquilidad de la persona situada en el epicentro del terremoto emocional se convertirá en perplejidad, contará hasta dos y medio, resoplará, guardará el periódico, dejará que se enfríe el café y sacará las armas de la cartuchera.

Y pensaréis, queridas princesas Disney, qué lástima, ¿cómo puede ser que tengáis derecho a vomitar ese tipo de brotes psicóticos sobre alguien que esté tranquilamente tomando un café o leyendo el periódico? ¿Será porque el código civil Disney lo redactaron en asamblea todas las hormonas femeninas del mundo? No, en el fondo no pensaréis esto, queridas princesas Disney, realmente no os importa nunca nada y menos cuando sentís que algo imaginario os está haciendo daño, pero, aquí viene la sorpresa, atended: que sepáis que esa persona (pongámosle el adjetivo “normal” detrás) tiene, según el mismo código Disney, autorización legal para rociaros los ojos con gas pimienta y ataros con correas —esas son sus armas— cuando protestéis por situaciones irreales gritando injustificadamente. Eso sí, nada de bofetadas. Eso sí que no. Queridas princesas Disney, no os preocupéis porque nadie os pegará un cachete cuando decidáis volveros locas. El código Disney os ampara.

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