El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Interludio breve

Don Lindyhomer Te lo digo aquí y en la calle— 10-05-2013

Aquí, cuando te despistas te meten cinco horas en un coche y apareces en otro estado y en otro Estado. Eso no pasa en Europa; así nos va. Gramma Mary es una excelente pianista y cuando vengo solo cocina para mí. Me siento el tipo más afortunado del mundo. El abuelo de Rachel se llama Don, como yo. Fue fiscal del distrito en Iowa bajo el mando de Bob Kennedy, y desde que se jubiló se ha dedicado a defender gratis a pobres diablos que no podían pagar un abogado. Luchó en Italia, me pregunta que para qué si ya está Alemania dando por culo otra vez a toda Europa, y carga poco los gin tonics pero me los sirve casi de tres en tres. Así que Rachel ayer condujo desde Des Moines de vuelta a Minneapolis, y hoy llevo yo tres horas manejando hacia el norte. En una hora llegaríamos a Canadá pero nos quedaremos antes, pues vamos a visitar a la mejor amiga de Rachel, que lleva un aula de adolescentes de la zona con dificultades de comprensión lectora, valga la redundancia. Aprovecharé para visitar un pueblecito cercano a su escuela que es igual que Cicely, el del Doctor en Alaska. Tiene los mismos personajes arquetípicos, hasta el joven indio que quiere hacer cine. Yo cuando voy también cumplo con mi rol de forastero perplejo, y todos contentos. No os digo cómo se llama, que seguro que venís y lo jodéis.

La autopista es recta pero el Mississippi va haciendo meandros, por lo que lo cruzo cada dos por tres. En la radio un vaquero paleto canta “God is great, beer is good, and people are crazy”, muy en la línea de un Huysmans, un Péladan, un Baudelaire, y hasta de un moribundo Rimbaud; así que me lo apropio para cuando lo pueda necesitar. Levanto la vista y veo tres águilas americanas, con sus cabezas albinas, y envidio su perspectiva. Minnesota es conocido como “el Estado de los 10.000 lagos”. Dicen que son más, pero que así queda más redondo. Como es el inicio de la primavera se están empezando a descongelar, y son un paisaje de azules, grises y blancos que ninguna otra estación podrá superar.

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