El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Todos los colores de la oscuridad

Jorge de Cascante Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo— 11-04-2013

Me casé con mi marido y nos fuimos a vivir a una casa en el campo. La casa tenía el apellido de su familia escrito encima de la puerta de delante y mi marido era como si hubiese sido mi marido desde antes de serlo. “Qué buena estás, hija de puta”, me decía en voz baja con ese tonito de galán otoñal tan suyo y yo encantada con sus dos manos en mi culo con la comida quemándose en los fuegos de la cocina sin que nos importase. Me casé con mi marido y un fin de semana me llevó a Madrid a ver las tiendas. Mi padre no me habría dejado ir a Madrid de haber estado vivo pero mi padre —El Señor le tenga en su gloria— llevaba ya muerto diez años gracias a Dios. Cuando se me murió mi padre yo todavía estaba en el instituto y no sabía lo que valía un peine. Madrid es muy bonito si estás enamorada pero cuando pasas mucho tiempo a solas con la misma persona no sabes lo que te puede pasar, puede salir bien y puede salir mal: está en el aire. Hoy en día teniendo internet instalado en el móvil da igual si estás sola porque lo tienes todo al alcance de la mano y no necesitas ir a los sitios. No es más feliz el que más tiene si no el que menos necesita y yo sólo necesito que me quieran más que a nadie y tener un iphone de los nuevos. Me casé con mi marido y tuvimos dos hijos. El hijo pequeño se fue a vivir fuera y el hijo mayor se quedó a vivir con nosotros. Me casé con mi marido y discutimos mucho pero también nos reímos mucho. Todo se puede hablar, nada es blanco y nada es negro, existen lugares a medio camino, existen los grises y puedes vivir en ellos. Había una vez un anuncio de la tele de los de la Guerra en Contra de las Drogas en el que el actor y cantante Coque Malla cantaba que “hay un caballo que al pasar por tu vida la hierba no vuelve a crecer”; yo estaba y estoy muy de acuerdo con este mensaje, la vida es como si te lloviera encima. Para mí, el amor es un sentimiento. Mi marido me contó una vez que tenía dos novias en secreto desde hacía ya dos años y las dos novias tenían celos la una de la otra pero ninguna tenía celos de mí.

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