El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Discursos breves (I)

Don Lindyhomer Te lo digo aquí y en la calle— 13-02-2013

Buenas noches, camaradas de El Butano Popular. Quiero agradecer a nuestro Gran Maestre la invitación para pronunciar el discurso de nuestra cena anual. Y así procedo.

Butaneros: Hemos conocido tiempos mejores y peores; pero nunca buenos para los de nuestra condición. Con esto quiero decirles que, salvo accidente aislado, las cosas seguirán más duras que maduras. No me tomen por agorero, es mi forma de poner sobre el mantel que nuestra ventura procederá de donde siempre: del escribir mismo. Algunos lo hacemos para nuestros fanses, otros para nuestros colegas, otros contra los demás, otros contra sí mismos, y algunos todavía no sabemos para quién escribimos. Pero ahí estamos, dándole a la tecla y al “enviar”, celebrando nuestros textos hermanados por un bordado en naranja.

Pienso que contar algo es siempre contar algo de nuevo; que la novedad estriba en el acto de contar y no en lo contado. Para otra cosa llegamos tarde: alguien lo dibujó todo antes en unas cuevas. Hasta la ciencia ficción se desplegaba en naves de tintes ocres… El Butano es una nueva forma de contar en este entorno digitoso. ¿Quién había escrito antes piezas cibernéticas con forma de bombona? Debemos honrar eso, camaradas. La robustez, la energía, el elegante capuchón de azabache. Me cago en la mar salada: espero que no se tenga que empezar a repartir capones por dejación. Aquí o se profesa o a la puta calle.

Quiero proponer un brindis por las nuevas incorporaciones. Y un ¡hurra! también. Esta nueva sangre alegra el trote de publicación, juega con y contra el humor del resto de autores, y alivia los derrumbes por las miserias de los días (las entregas que no llegan). ¡Bravo por Magda Bonet y Ainhoa Rebolledo! Les necesitamos para la buena alquimia… Y celebro encontrar a Xavi Daura sentado al lado de Perico Baranda. Miguel Noguera se ha puesto a dar codazos para sentarse a su otro lado. ¡Ese es el espíritu! A la que calle yo, Raúl Minchinela arranca y no habrá quien le pare. Llenadle la copa todo el rato, que eso amortigua. A Carlo Padial le brillan los ojos; espero sin falta su crónica en El Butano. Si no la escribe, la soñaremos.

Se nos va a enfriar el cordero al horno; al vino se le ha curado el asma. Me llegan sus efluvios desde aquí como alcanzo a oír el rugir de sus estómagos. Camaradas, gracias por venir y compartir este otro calor que no dan las letras. Esta noche es nuestra noche: no pierdan la risotada, no se atraganten, no midan las raciones. ¡Desbóquense! por la diosa Eris. ¡Beban! por Dionisio.

En esta ocasión tampoco practicaremos el canibalismo. No me preocupa. Hay más días que longanizas. ¿Qué espero del 2013? Que sigamos sacándonos la chorra; que salgamos corriendo desnudos y babeando sin destino predeterminado en esa pradera en pendiente que ha sido siempre la hoja en blanco.

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