El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Escribir en huelga

Javier Pérez Andújar Hoy también es fiesta— 20-11-2012

Un piquete es lo que se pone un yonqui cada vez que el sistema nervioso se le declara en huelga. Barcelona es en este segundo de veinticuatro horas una calle vacía de La dimensión desconocida. Una ciudad detenida hundiéndose en una balsa de paro obrero. Por la respiración artificial del Twitter se la oye agonizar. Cada mensaje, cada tweet, sale como una bola de aire que se rompe para siempre. La escritura en huelga es poner barricadas de frases. Es encender cócteles molotov con palabras y tirarlos contra la pantalla del ordenador a medio bajar como un comercio con miedo. Resulta diferente el silencio en los días de huelga. Es un silencio internacional, lo que se calla no es la gente sino la acera, los edificios, las cosas, los periódicos resultan inútiles. Se calla el trabajo en un sentido fúnebre y cada consigna de un piquete es un pésame que se le va dando a los caídos en la lucha de clases. Se calla hasta reventar de silencio y así salen luego los gritos igual que relámpagos o rayos. La gente del campo creía que el rayo al caer dejaba una piedra, pero esto sólo pasa en las manifestaciones. Escribir en un día de huelga es la manera que tenemos los esquiroles de sumarnos a la movilización general. ¿Quién dijo aquello de traductor traidor? Nadie puede ser más traidor que un escritor. Para escribir hay que traicionarlo todo, empezando por lo que uno cree. Pero tampoco hay que tomarse todo esto demasiado a pecho, que luego viene la chica del diecisiete con zapatos de tafilete y se le olvida uno la deontología y la hora del dentista, o algo de eso. Ay, corazón, mira mi brazo de yonqui de los libros tatuado con este nombre de mujer; hoy le he puesto Rosa Luxemburgo, pero otros días, que estoy más Radio 3 (la vieja, la de antes de que se nos hundiera nuestro barco, cada generación es un barco a la deriva), le pongo Rosa de Sanatorio. Sí, esa rosa al principio fue de Valle-Inclán, un poeta manco que andaba como un gato tuerto. Amor mío, cierra los ojos y abre la boca, a estas alturas de French Connection una huelga general es lo único que puedo hacer para salvar lo nuestro.

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