El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Cuidado

Don Lindyhomer Te lo digo aquí y en la calle— 13-11-2012

Cuidado con el perro. Muerde. No hay descargo porque su hijo tenga cuatro años y su diminuto abdomen pueda arrastrarse bajo la verja de mi vergel. Mi can le arrancará la garganta; inaugurará una fuente de borbollones colorados que inundarán su ropita y se acumularán en un espejo mágico a sus pies. Engullirá la laringe y la carcasa de su pecho, haciendo crujir sus costillas de lechal al zamparse los pulmones, que es lo que más le gusta. El corazón de un infante es tan pequeño que ni se dará cuenta de que se le ha quedado la aorta entre dos colmillos. Será la clausura oficial de sus juegos, la asfixia de sus gracias, la interrupción de sus lenguajes. Usted no tendrá derecho a rechistar. No porque se lo advierta, que es una mera cortesía que tengo para con usted, no. Le digo que usted no podrá decir ni mu, porque su propiedad privada habrá invadido mi propiedad privada, y si existe algo primordial, sacrosanto, civilizatorio, irrenunciable, fundacional, ontológico, nítido, normativo, estético, benéfico, glorioso, justo y prístino, eso es el respeto a la propiedad privada. Así que jódase; jódase mucho. Aprenda la lección, hijo de puta.

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