El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Crónica negra española

Xavi Daura Orinoco Flow— 25-10-2012

Ha sido un año magnífico para Vanesa Rubio y ahora lo celebra invitando a sus dos mejores amigas a un crucero por el Caribe.

Tomando el sol y colgando fotos de sus piernas en Instagram, Vane se parte el culo recordando su paso por El Hormiguero. Hojean por enésima vez la Cuore que se pillaron en el aeropuerto, con una gran fotografía de Vane en portada, rodeada de pequeños retratos de distintos actores y presentadores. Las tres gozan con cada uno de los comentarios escritos sobre las fotos de Vane a lo largo de la revista, algo que para ellas ya se ha convertido en un ritual. Vane piensa en voz alta e intenta decidirse sobre quién le comió mejor el coño, si Mario Casas o Hugo Silva. Anuncian por megafonía que se pueden ver delfines nadando por estribor. Éstas van a ser unas vacaciones de lo más divertidas.

Estudiante de peluquería y maquillaje, Vanesa tuvo su primer contacto con la televisión a principios de curso, cuando empezó sus prácticas en una pequeña productora. Sus compañeros de clase se metieron en programas de humor o series de ficción, pero a Vane le tocó un proyecto de lo más aburrido: un documental sobre la famosa desaparición de tres chicas que en 1992 hicieron autoestop para ir a la discoteca y de las que más tarde descubrieron sus cadáveres torturados y violados. Lo único que tendría que hacer Vane sería maquillar a los testimonios que hablasen a cámara. Un rollazo. Además de tener que soportar a Juanjo Peralta, el director; un pesado cincuentón que llevaba más de quince años recopilando información sobre el caso, escribiendo, haciendo entrevistas y luchando entre productoras y canales de televisión para que el proyecto saliera a la luz. No podía hablar de ningún otro tema. De hecho, su obsesión por estos asesinatos le había costado recientemente el divorcio, pero había valido la pena ya que ahora su gran proyecto por fin estaba en proceso de pre-producción. La productora había llegado a un acuerdo con RTVE para emitirlo como una serie de tres capítulos de hora y media en La 2, conmemorando el veinte aniversario de la tragedia.

Vane, igual que el resto del equipo, debía asistir a todas las reuniones aunque ahí no se hablase del maquillaje. La mayoría eran discusiones eternas acerca de qué ángulo discursivo debían adoptar en cada capítulo, la psicología de las niñas frente a la del asesino, o el contexto histórico. Las únicas palabras que Juanjo había cruzado con ella habían sido para prohibirle el uso de Whatsapp durante esos encuentros. A ella no le extrañaba que a ese señor lo hubiese dejado su mujer.

Lógicamente, ella no era la única que se sentía de ese modo respecto al director; la mitad del equipo eran becarios sin cobrar como Vane y estaban igual de aburridos, y la otra mitad lo llevaban aguantando desde hacía demasiado tiempo como para seguir guardándole algún cariño. Vane había conseguido la complicidad de algunos de sus colegas pasándose noches criticándolo en chats privados de Facebook o coincidiendo de fiesta algún fin de semana. Un dato curioso con el que siempre rompía el hielo era que ella había nacido la misma noche de la tragedia y esa era toda su conexión con el caso. Compartía la misma afición por los porros con la jefa de maquillaje y en ocasiones se iban juntas a fumar a un parque después del trabajo. En una de estas, dejándose llevar por la verborrea fumeta, Vane comentó lo divertido que sería si fuese una serie de acción, como Walking Dead o alguna de estas, en la que las niñas fuesen asesinadas por un terminator enviado del futuro o algo así, porque antes de salir de fiesta, un loco (que más tarde descubriríamos que también era un enviado del futuro) les explicó la idea de Facebook o algo por el estilo. Y al enterarse, en la actualidad, Facebook (o la empresa que fuese) tiene que enviar a un asesino para que no haya rastro de esa idea millonaria. Y por eso los asesinos nunca dejaron un rastro claro. Las dos rieron y eso quedó como una broma privada entre ellas, hasta que unos días más tarde la maquilladora se lo contó por encima a uno de los jefes de producción en un descanso para el café.

—¿Quién te ha contado esa idea? No está tan mal… —le preguntó el jefe.

—Esa chica, la becaria de maquillaje. Vane. Es divertida. Y lo que es la leche: nació la misma noche que lo de las niñas muertas.

El jefe de producción era uno de esos que conocía a Juanjo desde los inicios del proyecto y un montón de veces se le había pasado por la cabeza que quizás había sido un error dedicarle tanta energía a aquel tipo, teniendo que autoconvencerse de que no, de que ellos eran una productora mediana y ese era el tipo de proyectos que debían producir. Y, joder, que habían llegado a un trato con La 2 que no estaba tan mal. Que no estaba el panorama como para aspirar a pasar a la historia; un documental era algo que no hacía daño a nadie. Pero esa noche le estuvo dando vueltas a la idea de la becaria mientras se cepillaba los dientes, y se metió en la cama decidido a redactar al menos un dossier con esa propuesta, solamente como prueba.

En su siguiente reunión con Telecinco, dejó caer esta idea solamente por ver la cara que ponían. Nunca había tenido nada que hacer con ellos, así que era mejor pasarse de largo que no quedarse a medias tintas con algún proyecto discreto con el que seguro se negarían. Una serie de acción que tomaba como punto de partida una tragedia real y que mezclaba ciencia-ficción, redes sociales, adolescentes y alguna trama romántica. Los magnates se quedaron bastante perplejos y le pidieron que continuara. El productor improvisó un posible reparto de actores, jóvenes guapos y de moda, y sectores de la población a los que sería fácil atraer. A las señoras mayores les pirran las pelis basadas en casos reales, por ejemplo, y ellos ya tenían toda la documentación necesaria sobre ese suceso, incluso testimonios. “Tenemos a una joven guionista trabajando en el piloto que, agarraos, nació la misma noche de los asesinatos”. Ese fue el toque de gracia que hizo que los señores pidieran un primer borrador del guión para esa misma tarde.

Lo siguiente fue ponerse en contacto con Vane y colocarle un guionista del equipo para que redactara lo mejor posible todo lo que ella dijera, y a ver qué salía. Tenían permiso para hacerlo durante horas de trabajo, por supuesto. Vane se puso muy contenta, cualquier cosa que fuese saltarse una de esas reuniones era una buena noticia. Además le dijeron que le iban a pagar algo por desarrollar esa idea loca, y encima tenía permiso para fumarse sus canutos si eso le iba bien.

Al canal le entusiasmó el guión de Vane, sintiéndose descubridores de un nuevo talento y poniendo en marcha la negociación necesaria para producirlo. Con lo que el productor tuvo que prepararse para una charla bastante desagradable con Juanjo, ofreciéndole una amable participación como documentalista en el proyecto.

Vane se ganó su propio despacho y tres guionistas a su disposición, además de un sueldo de jefa de guionistas acorde con el presupuesto de la serie. Ella podría organizarse su propio horario siempre y cuando los guiones se entregaran a tiempo, así que se puso manos a la obra sin vacilar. La serie combinaría episodios transcurridos en 1992 con episodios en época actual. Mark Zuckerberg sería el villano. Todos los personajes conservarían su nombre real pero las chicas serían secuestradas, violadas, pero no asesinadas, en un principio. Se descubriría que los cadáveres encontrados serían clones de ellas mismas creados en el futuro como tapadera del error del robot. Entonces ellas se verían obligadas a vivir en el anonimato, constantemente perseguidas. El robot podría ser medio humano, para así darle alguna trama amorosa con una de ellas en algún momento; de repente podría ser bueno. El vestuario de todas ellas, por supuesto, debería ser de un retro agresivo. Alguna de ellas podría viajar al futuro por error y que la descubrieran precisamente por abrirse un perfil de Facebook. Y las siguientes temporadas podrían centrarse en otros sucesos de la crónica negra con la misma premisa del robot enviado desde el futuro, mezclándose con la historia de las tres chicas. El canal no podía estar más contento con todas esas ideas, así que decidieron darle el prime time sin miedo a cagarla. Al poco tiempo Juanjo dimitió, su proyecto se canceló oficialmente y el equipo pasó a ser un equipo feliz.

Un rodaje multimillonario empezó a los pocos meses con un reparto lleno de jóvenes estrellas de la televisión actual, con un seguimiento mediático muy insistente por parte de la cadena, mini reportajes sobre el veinte aniversario de la muerte de las menores y una cuenta de Twitter. Shakira sería la encargada de la sintonía, y para asegurarse el tiro, Telecinco compró espacios publicitarios antes, durante y después del partido final de la Copa del Rey, Madrid-Barça, para emitir el teaser. Red Mortal sería el título de la serie y el primer capítulo estaría dedicado a las tres víctimas, “porque, más allá de homenajes tristes y documentales pesados, a ellas les hubiese gustado una serie como esta”.

El primer capítulo abrió con unas cifras de audiencia históricas, por supuesto. Vane conectaba perfectamente con público joven y mayor, y lo que era más importante: de alguna forma casi mágica conectaba con las chicas muertas. Los targets universitarios y treintañeros lo agradecieron como joya irónica, generadora de todo tipo de trending topics. Esa misma semana presentaron públicamente a Vane en La Noria junto a los familiares de las fallecidas en un debate sobre la premiere de la serie. Fue un programa muy emotivo y Vane se ganó la confianza de todo el público con su carisma de extrarradio. Vane no solamente funcionaba como joven talento del guión mainstream sino también como figura pública, icono pop con casi más peso que la propia serie. Esa sería la primera de cientos de apariciones televisivas a lo largo de lo que quedaba de 2011, culminando con un cameo sorpresa en las campanadas de Telecinco, junto a Isabel Pantoja, Kiko Rivera y Jorge Javier. La Vane entró en 2012 como meme indiscutible del año. Firmando para varias temporadas más de Red Mortal por siete veces su sueldo inicial (con porcentaje de las ventas al extranjero) y preparando programa propio, Vanesa Rubio se convirtió con solo 20 años en la guionista mejor cotizada de España.

Disfrutando de unas merecidas vacaciones con sus mejores amigas, ahora simplemente es una chica guapa y bronceada disfrutando del baile de los delfines en el mar. Asomada de puntillas a estribor, sus shorts extremos se están amortizando a la vista de un grupo de tíos buenos a su espalda. Teniendo en cuenta la diferencia horaria, ahora mismo debían de estar emitiendo el capítulo dedicado a la memoria de Juanjo Peralta, recientemente fallecido por un cáncer de estómago fulminante. Al fin y al cabo, aun haciendo su dichoso documental, parece que no hubiese podido disfrutarlo a tiempo, pensó Vane. A pesar de sus diferencias con el ex director, en el fondo ella se sentía bien por haberle dado finalmente un lugar digno en la historia, en forma de pequeña dedicatoria al final de los créditos de una serie de gran éxito.

Y así fue como las tres amigas pasaron varias semanas seguidas de fiesta caribeña, a lo largo de las cuales disfrutaron de drogas caras y follaron con todos los chicos que les vino en gana. Disfrutando de la vida.

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