El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Rápido y sin dolor

Borja Crespo Historias de amor (y apocalipsis)— 27-04-2012

Mi profecía acerca de esta tierra echada a perder
y de la corrupta creación que se agazapa sobre
su superficie arruinada es la siguiente: MATARÁS.

Robert De Grimston, alias Cristo (“Jehová en Guerra”)

Hola. Bienvenidos al fin del mundo. Tomen asiento. Si su maleta sobrepasa las medidas oficiales, tendrá que pagar un plus. Gracias.

Todo es mentira. Nada de Apocalipsis. Nada de nada. Es un invento para tenernos entretenidos. Si existe una hecatombe, ya está aquí, entre nosotros, pobres mortales, instalada desde hace tiempo. Mucho tiempo. No es cine catastrofista. Es un drama. Se titula “Apocalipsis cultural”. Si te insultan llamándote intelectual, es que algo has hecho mal. Ladran, luego la cagamos. A salir corriendo, o quedarse en casa, encerrado en el bunker espiritual.

Escribo estas líneas con el cuchillo de monte entre los dientes, encerrado en el hogar, dulce hogar. Aprieto bien fuerte la hoja afilada, mientras hago lo propio con el esfínter. La boca me sangra, lo otro no. Al menos de momento. Me preparo para el cuerpo a cuerpo. Han vivido ustedes muy bien. Ahora toca pasarlas putas. Este es el mensaje. Si no han gozado a lo grande, allá vuesas mercedes, demasiado tarde. En tal caso, reputas, ¿me oyen? ¡Reputas lo van a pasar!

La doctrina del shock está haciendo estragos. Todos angustiados, tragando medidas impopulares, soltando bilis en las redes sociales para descongestionar la mala leche en vez de salir a la calle a romper cosas, armados con algo más que palabras, con un objeto contundente de futuro astillado. Romper cosas. ¡ARDAN LAS CALLES! Cuando llegue el momento de MATAR O MORIR nos cagaremos en el tiempo perdido en el caralibro. Horas, días, meses, años, lustros… Estamos esquivando la sombra de los cazas, minutos antes del bombardeo. MATAR O MORIR. Si me llega otro email de dudosa procedencia, de esos que regalan una sesión de infiltración de botox y depilación laser unisex, quizás estalle. Ahí sí. Harto ya de tanto spam existencial. Objeto contundente astillado. Se lo recuerdo. Apunten.

Para salir de esta crisis propongo invadir Marina D´Or, quemar los tableros de electrouija y los billetes en circulación. Todos. ¡MUERTE AL DINERO! Voy a hacer miles, millones de fotocopias en DIN A5 con este mensaje impreso en grande en el folio en blanco, con el texto escrito en Impact Bold, justificado y centrado. Voy a dejar miles, millones de cartas debajo de los felpudos de las casas pagadas a plazos con esta idea excepcional para el bien común. Tonto el que no lo lea. Listo el que sí. La infantería afila las bayonetas. Van a entrar como un elefante en una cacharrería. Van a escupir en las aceras, van a mear en los portales, van a eyacular sobre nuestras cabezas. Van a MATAR O MORIR. No abra usted la boca. Muérdase los labios. Fuerte. ¿Príncipe valiente o cobarde hikikomori?

Llevo dos billetes de 500 euros metidos en el trasero, dentro de un condón. A mí no me pilla un corralito. No. Ni de coña dejo la pasta debajo del colchón. Los bancos reciben subvenciones, los rescatan, les dan ayudas. No son de fiar. Que den pasta para plantar tomates me parece bien. Cosas de primera necesidad. Voy de compra al mercado andando. Coches no, que a las empresas automovilísticas les inyectan también vil metal en pos de nuestra economía. Los curas y el fútbol, el descojono también. Voy al supermercado más barato. A mí no me explotan. A otros igual. Yo a lo mío. ¿Os habéis creído que voy a quemar mi dinero? Ahorro en vida, ¡gasto en muerte!

Una china me viene a casa. Me lava, me peina y me corta el pelo completamente gratis. Lleva publicidad en la camiseta de una conocida compañía telefónica. Las peluquerías que se vayan al traste, a mí me da igual. Ande yo caliente… Prefiero darle bola a la mafia oriental. Mola en las películas, esas que me pasa gente que no conozco que me parece buena gente porque me pasa películas aunque no los conozca. Hoy me he mosqueado mucho porque alguien me ha robado del buzón el catálogo de Ikea.

Con el cierre de las páginas de descarga muchas parejas han visto peligrar su relación. “Cari, dónde vemos ahora nuestras series?“ Pueden hablar por whatsapp de esquina a esquina del sofá de casa, como unos campeones. O follar con los ojos cerrados. Lo hacen en muchas casas. Ahora mismo en alguna. Sin mirar a la cara. ¿Para qué? Rápido y sin dolor. Así nos dan. Nos bombean la retaguardia sin pudor. Sonreímos. Cerramos los ojos. Al hablar también. De tú a tú.

Por la mañana, cuando se levanta, mira su número de followers. De ello depende, de las bajadas y subidas, su estado de ánimo el resto del día. DEPENDIENTES que van de INDEPENDIENTES. CONFORMISTAS que se creen INCONFORMISTAS. Gente CONSERVADORA que se ve de IZQUIERDAS. Es lo que hay. Familia, orden y ley, la justicia se quedó por el camino, si es que alguna vez estuvo con nosotros. Objeto contundente convenientemente astillado. Debajo de la almohada. Siempre. Recuerden.

Me apetece una cocacola, la cojo del badulaque sin pasar por caja. Pago el pan a 90 días. Dentro de poco a 120. El periódico lo leo en el quiosco y vuelvo a dejarlo en su sitio, arrugado y sucio. Me limpio el culo con los medios. Soy de irme a Cancún por cuatro euros. Está tirado. ¡Qué bien se vive allí! No oigo los aplausos, ¿qué pasa?

Aprieto el cuchillo con la boca. Soy una CONTRADICCIÓN con patas. Me siento en tierra de nadie, pero estoy en la de todos, execrando fertilizante. Matar no sé. Cagar seguro.

Huelo la sangre.

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