¿Cómo sé que mi matrimonio no se está yendo a pique en este preciso momento? Hace poco escuché que los divorcios nunca se hacen a tiempo. Es verdad, es una de esas verdades incuestionables de la vida. Como que tienes que morirte, que necesitas comer para vivir o que si saltas al vacío desde cierta altura sufrirás un daño considerable o morirás. ¡Ah, saltar al vacío! Tengo que reconocer que desde siempre fantaseo con esa posibilidad, no es que quiera suicidarme ni nada parecido, es solo una fantasía. Cuando estoy en cualquier balcón, pienso: “Si quisiera podría pasar la pierna por encima de la baranda y tirarme. Es tan fácil, puedo hacerlo. No me costaría nada, pasar la pierna y, ¡hop!“ Antes estaba más obsesionado con el tema, con el tiempo se me ha ido pasando, a lo mejor vuelve, no lo sé. Lo que sí sé es que no se trata solo de un tema relacionado con la altura, también me veo atropellado por un autobús, en la acera, a pocos centímetros de la carretera, doy un paso, qué digo, medio paso y recibo el brutal impacto. O en el metro, aunque considero al metro como un lugar poco adecuado. El andén del metro me recuerda a la platea de un teatro donde se representa una obra muy mala, muy aburrida, estás sentado, esperando a que pase algo, la llegada del metro, y pese a que la entrada del tren a toda velocidad en el andén es, en realidad, espectacular, también es cierto que es algo muy visto. Cuando lo has visto doscientas veces ya no hace gracia, sólo los niños lo viven como algo notable, los niños y supongo que los miembros de alguna tribu aislada que nunca hayan visto semejante espectáculo de la técnica. En definitiva, la obra es mala por ya vista, el público se aburre, se pone a leer, a jugar con el móvil, se miran unos a otros, y fantasea con suicidarse, claro. Cuando estoy en el andén me gustaría saber cuánta gente tiene el pensamiento de tirarse en ese mismo momento. Cuántos han llegado a la conclusión de que, para ser efectivos, deben saltar por el principio del andén, donde el tren pasa a mayor velocidad. Imagínense, uno se tira por el final del andén y el tren para a tiempo, ¡qué bochorno! Si hay cosas peores que la muerte esta podría ser una de ellas; dar explicaciones, primero a los viajeros, luego al equipo médico, a la familia, en el trabajo. “¿Qué te ha pasado en el pie? Nada, es un esguince, ayer me intente suicidar en el metro pero elegí mal el lugar del andén, el tren paró a tiempo, y, ya sabes, al caer a la vía me torcí el tobillo. No es nada, en quince días se me pasa“.