El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

San Isidro Revolutions

Grace Morales Creaciones Madrid— 19-05-2011

Como dicen los bustos parlantes, la actualidad manda, por lo tanto, mi Butano de esta quincena aparca la saga de los Grandes Almacenes y se va a dedicar a las fiestas de San Isidro que estamos celebrando los madrileños.

Para los que no viven en esta bendita ciudad, la popular fiesta del santo, la feria, el despiporre en aceite requemado o como se quiera llamar esto que se celebra muy cerca de mi casa, es exactamente igual que una verbena de pueblo, pero a lo bestia. Si no fuese porque todavía van los jubilados, animales domésticos, niños y, por supuesto, La Lideresa, todos ellos disfrazados con el conocido traje regional, bien podría pasar por una romería con atracciones, pero de cualquier otro pueblo de La Mancha. Para convertir los fastos en una marcianada aún mayor, estaban los partidos políticos en plena campaña, por lo que al pandemónium de cada año se unía un tiberio de mítines, pancartas, entrega de pasquines, chapitas y memorabilia electoral —desde ceras de colores a pastilleros—, que daba al conjunto el aspecto de un verdadero baile de máscaras fuera de fecha. Como recién grabado por Solana, pero en HD full color, sainete decimonónico con calidad de screener.

Los candidatos PSOE, el tipo del estrellamiento apoteósico y el gafas del palco de los deportes ahí—me—las—den—todas, besan al bebé preparado al efecto junto a los puestos de las rosquillas, aguantando la respiración o las arcadas, no se sabe si por el niño, la fritanga o el exceso de populacho alrededor de sus mercedes, mientras la incombustible asociación de abuelos bailarines se niega a que suene el organillo y ejecutar el chotis al paso de una tristísima comitiva de IU, al grito de “¡No, no, que vienen los comunistas!“.

Al Excmo. Alcalde no le hemos visto los madrileños esta mañana, sólo unas pocas beatas de primera hora le han podido dar dos besos. Ha pasado como un torbellino tras beber el agua del santo y salir corriendo, muy feliz, porque iba a poner unas medallas a los actores de la modélica Transición.

A la que sí hemos visto mucho, mucho, es a Nuestra Lideresa, que no falla un año en su paso y revista por las instalaciones. Cómo la quieren los y las madrileñas, los manolos y las manolas, los chisperos, los chulapos y las majas, hasta los isidros a punto de la deportación. Tenían ustedes que ver las demostraciones de cariño y las cosas que le dicen. “¡¡Guapa, guapa, guapa!!“, “¡¡Presidenta, presidenta!!“, “Hay que echar a estos hijos de puta“, “Y a Rajoy también, que es un…“. Y ella, que es muy campechana y muy madrileña, igual que un rey o un taxista, pues se deja querer y no escatima piropos para el pueblo y suelta graciosas puyas contra sus rivales.

Los “isidros” toman la pradera. Por la mañana temprano, les veo cargar con varios capazos y maletas, incluso tiendas de campaña. El isidro moderno no viene con un mantel, tortillas y una frasca vino, y como mucho un parasol. Trae una nevera portátil, sillas y mesas de jardín, mantas de cama con tigres estampados, dos balones de fútbol y una minicadena para escuchar éxitos tropicales a volumen muy alto, música de reguetón que se mezcla con las canciones que salen de las casetas de rifas, tiros y encurtidos: triunfan la de Bob Esponja y las de Maná. Los feriantes sirven por kilos los platos típicos de la gastronomía: los entresijos, intestinos enrollados y fritos, y una mezcla de asadura, tripas y mollejas de cordero, las gallinejas, que fríen en su grasa con unas sartenes gigantes donde también echan la masa de los churros.

Este año, las actuaciones han sido espectaculares, con decirles que David Bustamante cerró el domingo las fiestas en Las Vistillas…

Sí, hay que tener un estómago muy bizarro para ser madrileño, mamelucos.

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