Sum Vermis

El Butano Popular

XVIII

Mis pies en las llamas, camino sobre un mar de fuego que zozobra sobre el otro mar, el verdadero.

Nadie contaba con el fuego, salvo mis pies, que ahora lo atraviesan. Este ardor ni consume, ni quema.

Hace mucho que se detuvieron las máquinas y el único arrojo se emplea en intentar sofocar el incendio. Tarea vana y ridícula, somos una antorcha a la deriva. Diógenes me ve, yo soy el hombre, sólo a mí me está permitido andar sobre las brasas y el agua.

Mi desierto es este mar, sobre el que toda huella se pierde. Lo que queda de la tripulación se ahoga en llanto. Llorad, cabrones, llorad otro mar sobre dos mares, llorad de felicidad, no os traigo la paz, sino la concordia. Vengo a juntar al hermano con la hermana, a la madre con el vástago, a la abuela con el nieto y al padre con la hija. Traigo una espada de carne y una herida de fuego.

Llorad por todos los orificios de vuestro cuerpo, que no por ello vuestra alma se evapora.

Poned el mentón en tierra y llorad.

Bienaventurados los que lloran, porque acabarán ahogados en llanto.

Bienaventurados los que coman mi mierda, porque para ellos será la leche de mis huevos.

Bienaventurados los que gimen, porque ellos continuarán siendo torturados.

Bienaventurados los que sufren, porque ellos continuarán padeciendo.

Bienaventurados los que chillan, porque nadie se molestará en oír sus gritos.

Bienaventurados lo que nacen, porque saben que van a morir y acabarán muriendo.

Ésta es la nueva Torah, el nuevo Corán, la verdadera Biblia.

Joan Ripollès Iranzo

El Butano Popular © 2010

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