A los pueblos del mundo, desde el útero de la niña muerta…

Las alocuciones en Davos (2015), tras confrontar el pánfilo discurso de John Kerry (Skull and Bones del “ala izquierda” del negro pájaro de la noche) lleno de lugares comunes y odio irracional hacia el Presidente sirio, nos llegan plenas de referencias a discursos tecnológicos, más bien bizarros, que emitieron diversas hienas y sapos de la sombría zona donde se entrecruzan (la tecnociencia, el periodismo y las finanzas) y que merecen cita y comentario aparte.

Para entrar en situación, me vienen a la mente, ese lugar donde debemos permanecer a solas lo menos posible (desde el desván raramente visitado ya donde deposité mi infancia), imágenes de un anuncio televisivo en blanco y negro donde un cerdito entrañable metía la cabeza en un triángulo, cosa que le costaba bastante, y decía goloso y alegre: Yo también prefiero Sanders. Piensos compuestos Sanders. Hoy, cuarenta y tantos años después, encuentro en Internet una imagen del anuncio con los colores adecuados: amarillo el gorrino amable (¿nuestro demos?) y rojo el triángulo de amarre (¿nuestro Podemos?). La Marca España empezó aquí.

¡Que no nos quiten la ilusión!

¡Cuántos secretos se revelan al lúcido cuando, pensando lo impensable, se adentra en el Teatro de la Crueldad que constituye el escenario básico de nuestros trabajos y días! Sólo tangencialmente humanos por lo demás.

El Foro Económico Mundial (WEF) se desarrolla en la ciudad suiza de Davos, localidad consagrada al turismo deportivo de invierno, y atrae a unas dos mil quinientas personas pertenecientes a la élite política y económica mundial. Entremos en materia, queridos colegas de experimento, citaré directamente la información procedente del Daily Mail: “Profesores de Harvard avisan que la privacidad ha muerto y predicen que robots del tamaño de un mosquito robarán muestras de nuestro ADN”.

“Bien venidos al aquí y al ahora, ya vivimos en ese mundo —asegura Margo Saltzer, profesora de Computación en la universidad de Harvard— la privacidad tal y como la conocemos no será ya posible, lo que entendemos convencionalmente por privacidad ha muerto.” La misma funcionaria de la distopía americana, pronto global, continúa imaginando un mundo donde diminutos drones del tamaño de un mosquito vuelan a nuestro alrededor tomando, cuando les peta, muestras de ADN para transmitir la información al Gobierno o a las compañías de seguros. Según esta hiena académica, las invasiones de la privacidad se harán mas sutiles y, si no están ocurriendo ya, ocurrirán. A este proceso intrusivo y deshumanizador se lo considera “inevitable” y se lo denomina: “entrada en la esfera pública de la información genética personal”.

Obviamente, los asistentes a este simposio consideran que las ventajas de la distopía orwelliana sobrepasan sus inconvenientes y que los mosquitos sustractores de ADN serán muy útiles en el Tercer y Cuarto Mundos, para mejor luchar contra epidemias como el Ébola y blablabló.

Anthony Goldbloom, de profesión “emprendedor”, determina que la “generación Google” (ya solo el concepto es vomitivo) no da tanta importancia a cuestiones relacionadas con la privacidad como lo hacían otras generaciones precedentes. “Yo intercambio mi privacidad por mi provecho y conveniencia —añade la cucaracha— mucha gente hace las cosas mejor cuando siente que está siendo observada…”

Eric Schmidt, jefazo de Google: King Toad, avanza que “Internet se hará tan sutil que desaparecerá, se difuminara con el entorno. Habrá tantos sensores, tantos artilugios, que ni los percibiremos, estarán alrededor nuestro todo el tiempo. Un mundo altamente interactivo y muy interesante, emerge”. Con relación a la carestía de empleos, en gran medida generada por la revolución tecnológica, añade: “Pasa lo mismo que ocurrió cuando los tractores se incorporaron a la agricultura, también entonces numerosas personas perdieron sus trabajos pero en última instancia una solución global significa mas igualdad para todos”.

Como se puede ver, un nivelazo de narices. Las más gastadas retóricas y la apología del despotismo (igualar por abajo a la mayoría y dar un poder total a los integrantes de la pirámide) por parte de aquellos que siendo dirigentes o cuadros consideran inevitable y más que justo todo lo que acontece. Más de los mismo por los mismos. El fascismo liberal que proponía el fabiano H. G. Wells. Lo que propone realmente PODEMOS y que hará viable en España la imposición de estas augurales y mefiticas novedades futuristas. Con subtítulos, eso sí, del anfibio Punset.

Satya Nadella, el más alto ejecutivo de Microsoft, recalca: “Soy claramente optimista, si usted está en el negocio de la tecnología no puede ser otra cosa. Para mí, todo esto, en ultima instancia tiene que ver con el capital humano. La tecnología permite a los humanos hacer grandes cosas”. Sheryl Sandberg, directora ejecutiva de Facebook, nos alecciona con la idea de cómo “Internet era anónimo en su temprano desarrollo, y hoy todo el mundo quiere compartirlo todo y hacerse visible. Todos tienen ahora voz, todos pueden aportar (colocar su “post”), esto da voz a gente que históricamente no pudo antes manifestarse”.

Terminamos citando a un billonario, Jeff Greene, que se hizo rico especulando con las hipotecas de marras en la paradisíaca USA (de donde vienen, vía Soros, las “inspiraciones” de Tsipras e Iglesias), que se refiere a la problemática de la crisis de empleo y sus posibles repercusiones en forma de radicalismo político o huelgas y conflictos. Atención a las palabras de este facineroso, que resumen la inspiración encubierta de las políticas económicas de todos los países occidentales desde que comenzó la crisis: “Las expectativas de estilo de vida en América son demasiado altas y han de ser corregidas, hemos de tener menos cosas y una existencia mejor. Tenemos que reinventar todo nuestro modo de vida”.

Un espacio para la publicidad, amigos:

KFC no utiliza pollos reales para preparar los alimentos que ofrece, lo que hacen es usar organismos manipulados genéticamente. Estos pollos mutantes se mantienen vivos mediante un sistema de tubos insertados en sus cuerpos, por medio de los cuales se bombea la sangre y nutrientes. No tienen picos ni plumas, y crecen con varios pares de patas y alas (para aprovechar más las partes del pollo). Otra característica importante es que la estructura ósea de estos pollos es súper reducida para no desperdiciar espacio en hueso y obtener más carne. Al no tener picos ni plumas, KFC también se ahorra el proceso de desplumar y cortar los picos a las aves.

En Davos, la preocupación ha sido con “la falla en la cohesión social” que aumenta en nuestras sociedades. Cosa que podría haber predicho cualquiera, añado. La solución, obviamente, es la esclavitud: control exhaustivo, empobrecimiento gradual y, en breve, nueva religión para estabilizar y dar sentido a la pesadilla despótica en ciernes. Punset da algunas claves del Nuevo Orden:

Saber trabajar en equipo, el dominio de la comunicación digital, la implantación de metodologías para solventar problemas en lugar de idealizarlos y EL DESAPRENDIZAJE.