El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Cui bono

Frank G. Rubio Señales— 13-10-2014


Jesucristo habría estado en Podemos.
PIT


Mientras la fe en “nuestras” autoridades sanitarias se desploma (en gran medida gracias a la cobertura mediática de las actividades gubernamentales y técnicas con relación al asunto del virus Ébola) la vida política de nuestro país, o de su conjunto de naciones según el menú ideológico de cada cual, ha escogido como simulacro de convocatoria a la reforma a la novísima formación política Podemos.

La vida política, es decir, el espectáculo que de ella nos dan los medios de comunicación de masas y alternativos.

Estos “leninistas amables”, procedentes en su mayoría de la Facultad de Somosaguas, muchos de ellos surgidos del trotskismo (cantera neocon en USA), han tocado el corazoncito de los gestores mediáticos, que consecuentemente los han convertido en estrellas en unos pocos meses y en referencia obligada para cualquier proceso electoral futuro posible. Como el medio es el masaje, que decía McLuhan, preciso es intentar ver un poco más allá del señor de la coleta, omnipresente en las pantallas, y del evidente montaje comunicacional elaborado sobre la formación política que, al menos de modo simbólico, preside.

Si nos centramos en la estructura partitocrática de nuestro sistema político, heredero de una tradición secular mucho más antigua que la Constitución del 78, entenderemos muchas cosas sobre los actuales acontecimientos. Podría remitirme a la alternancia decimonónica entre Cánovas y Sagasta, al caciquismo del primer tercio del siglo XX (haré caso omiso del interludio republicano y autoritario posterior) o hablar del actual clientelismo y de la financiación estatal de los partidos y sindicatos.

Hay unos 400.000 puestos de trabajo vinculados, más o menos, directamente a la política en nuestro país.

En Podemos y sus círculos, procedentes, según la mitología, del grupo de los movimientos asambleístas surgidos durante el 15M y fenómenos similares posteriores, predominan las gentes de 30 a 40 años (sigo el análisis de Félix Rodrigo Mora expuesto en el programa radiofónico Nada es lo que parece consagrado a la formación política a la que nos referimos) con carreras y másteres, situados en el paro debido a la crisis y a la peculiar manera de resolverla que, tanto nuestros amigos del otro lado del charco como las autoridades de la Unión Europea, han decidido poner en práctica.

Nuestro sistema político no integra a la gente por ideas sino por dinero o puestos de trabajo. Aquí la confianza, desde Napoleón y antes, se confunde con la omertà.

De marketing con ideas fuertes ha sido calificado el producto político que venden nuestros peculiares bolivarianos. Partido televisivo e indignado, como lo ha denominado con acierto un comentarista, está aquí para quedarse ocupando el espacio de otras muchas formaciones alternativas al bipartidismo que también concurren pero que los escenarios mediáticos masivos, controlados por unos muy pocos grupos, han decidido omitir o minimizar.

Podemos hace más opaca y menos plural nuestra vida política; para eso ha sido inventado precisamente, para velar y ocupar espacio. De ahí su uso sincopado del concepto “hegemonía”.

Una alternativa nueva de izquierdas, actualizada, catapultada por una campaña mediática gratuita de gran intensidad. Alternativa que perjudica en principio a Izquierda Unida y que beneficia al Partido Popular, aunque en un futuro nada lejano, ya presente si prestamos atención al mundo de sombras que emana no precisamente por generación espontánea de las pantallas, lo que se comienza a adivinar es un gobierno de coalición entre los dos grandes partidos para resolver la problemática a la que, en gran medida con sus malas gestiones, han arrastrado al país. Un posible catalizador para que todo cambie y todo siga igual, en manos de la misma oligarquía, empeorando drásticamente todo para la mayor parte de la población.

Una alternativa radical antisistema cuidadosamente fabricada tras los bastidores puede obrar milagros, tanto a largo como a corto plazo.

¿Qué piensa el CNI de esto? ¿Existen sectores militares proclives a Podemos?

Tras la etapa de la potencial Gran Coalición: ¿una seudo democracia a la argentina? ¿Se refería a eso Durao Barroso cuando habló en el 2010 de posibles dictaduras en los países del Sur de Europa si la crisis seguía acentuando su curso?

Con o sin Podemos, el designio de las clases dirigentes de los países occidentales es imponer un sistema de cuasi servidumbre a sus poblaciones y restringir fuertemente tanto su consumo privado como público. No es este el lugar para explicar el por qué de esto pero tanto la competencia en los mercados globales de potencias como China o la India, los conflictos militares en ciernes o desarrollándose en tiempo real (Oriente Medio, Rusia…), como los ideologemas difundidos de modo obsesivo por los Media sobre el “cambio climático” y su llamada a la “sostenibilidad”, permiten entender sin demasiado esfuerzo de qué va el asunto.

La desestructuración, no sólo social o económica, de nuestra sociedad es claramente visible.

La ignorancia y la credulidad imperan, y ¿cuándo ha sido esto otra cosa que una oportunidad para el príncipe o los que quieren ocupar su lugar? Hacia el Cuarto Reich en clave socialdemócrata y/o populista.

Analistas avezados e informados señalan que tras la mascarada del uso supuestamente ultra democrático de las redes sociales, tan caro a los difusores de las “revoluciones de color” (de las cuales las revueltas árabes fueron un paradigma elogiado por los apóstoles de la disidencia controlada), lo que está es el viejo centralismo democrático procedente de los partidos comunistas de siempre. Hay mucho en el chavismo, como en el peronismo, de transversalización de fascismo con comunismo. Y esto les mola a las grandes finanzas…

La reincorporación de las emociones a la política, señalada efusivamente por uno de los dirigentes de la nueva formación como aportación positiva a nuestro distópico escenario, sólo podía hacerse vía televisión. Instrumento supuestamente retribalizador, esencial para el buen funcionamiento de las democracias masivas, niega la reflexión focalizando la atención sobre lo más superficial y banal. Todo para la plebe, con aroma de plebe, pero dirigido desde los Estudios…

En España ha sido uno de los pilares básicos, junto con una educación cuidadosamente diseñada para la servidumbre, del régimen de la Transición. El primer Presidente de la Democracia fue un antiguo Director General de RTVE. La nueva Reina de España, una ex locutora.

Registrado como partido el 11M, aunque luego se ha ocultado el hecho falseando los datos en Wikipedia (fuente de una fiabilidad mínima en asuntos políticos, históricos y sociales), surge como cisne negro, elaborado mediáticamente, para dar consistencia a la mascarada de maquillaje de nuestro sistema político, enfeudado a la reestructuración de la Unión Europea en la coyuntura de la emergencia paulatina de un conflicto de gran magnitud con Rusia y China y de una fusión drástica mediante el Tratado de Libre Comercio ya en germen (atención al contraste en las imágenes de los billetes de cinco euros, antiguos y nuevos) con los titiriteros financieros del otro lado del Atlántico.

Es difícil no estar de acuerdo con Albert Plá, asumiendo la ironía y el sarcasmo convenientes: ”¿Sabes? les mataría antes de que pudieran hacer daño”.

Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?

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