El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Sonadas

Frank G. Rubio Señales— 01-10-2014


Excepciones aisladas y parciales no cambian las cosas en nada: tomadas en conjunto, las mujeres son y serán las nulidades más cabales e incurables.
Schopenhauer


La lectura de una entrevista a tres bandas entre una monja, que ha pasado a la fama gracias a sus posicionamientos en el mundo radical alternativo (alguno de ellos verosímil y acertado), una académica especializada en Arquitectura, Filosofía Contemporánea y Teoría de Género y una periodista afín a cuestiones tan candentes como: contra-sexualidad, disidencia física, dildos y citas a cada cuál más absurda de “autores/as/seres-otros” populares en el mundo de los Estudios de Género USA (Academia de baratillo financiada por los grandes prebostes de las finanzas) constituye el punto de partida, junto con una fotografía, de este poema.

Los nombres de los tres rostros de la Diosa: la buena, la fea y la mala son tan significativos como: Andrea, Beatriz y Teresa. Españolitas, muy a su pesar, hasta la médula.

La foto en cuestión de una tal Lucrecia Masson: recoge a una jovencita desnuda de cintura para arriba situada de espaldas al espectador, en su cuerpo lleva escritas las palabras: Necesito el feminismo porque mi cuerpo NO es tu cuerpo. Obviamente se publica en Diagonal ilustrando un artículo titulado El cuerpo como espacio de disidencia.

La locura, nada erasmiana, que agita a todos los estratos de nuestra feminizada sociedad: feas, guapas, oficinistas y transcaucásicas incluidas, comienza a ser preocupante. Los síntomas son similares a los de los boxeadores curtidos en mil combates de los cuales dejó homenaje inolvidable Tony Leblanc con Kid Tarao.

El nido del cuco está ya en todas partes.

La entrevista Encarnando disidencias puede leerse en su integridad en la publicación El Estado Mental #2.

MATRICAVERNARIAS


Lo “correcto” procede siempre del audífono.


Dios es una cuestión
(Hombre al hombro…)
Nada cromosómica:
Estrategia dicotómica
O aparato crístico.


Hambre de hombre,
Confiscada en el bricolaje
De las muchas palabras,
Llama
Con voz de oxígeno relacional
(y cesura arbórea):
¡Mujeres a la calle!


Monjas y académicas
(De caradura intensa),
Encadenadas a la lacaniana
Idiocia,
Coinciden en su evangelio
Subterráneo:
“Toda tontorrona,
Toma testosterona”
Y se extravían…


¡Que bello es ser nazi, sin saberlo!



Dios es una cuestión
Nada cromosómica,
Un chute de signos
Poco edificante
En los límites mismos
Del bricolaje.

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